
¿Cuántas veces la gente que oye un comercial no le presta atención? Es solamente ruido. No hay algo que la enganche.
¿Cuántas veces un buen discurso, con un excelente tema, se convierte en algo aburrido hasta el cansancio?
¿Cuántas veces, en juntas de trabajo, cuando se menciona el logro de algún proyecto o empleado, no se toma en cuenta y no se logra el compromiso del equipo?
Recuerden todo lo que perdió el presidente Obama en su primer debate.
Todo esto pasa porque las cosas se dicen sin entusiasmo.
La falta de pasión o de ánimo en un discurso o una presentación evitan que la audiencia se identifique con el expositor y mucho menos con el tema. Es uno de los pecados mortales de un conferencista o locutor.
La falta de interés o de gusto por algo se refleja inmediatamente. En el caso de un conferencista se observa porque sus facciones no concuerdan con lo que dice. Puede presentar una cara alegre en el momento de tocar algo serio, o puede estar como una roca cuando debe mostrar pasión.
Para ellos es importante hacer revisiones de sus movimientos corporales o de sus expresiones faciales para lograr empatar su imagen con la del discurso.
Como dijo Dale Carnegie “Si quieres ser entusiasta, actúa en forma entusiasta”.
Para un locutor no hay manera de mostrarlo visualmente. La forma de decir las palabras tiene que mostrar esa pasión o entusiasmo. La voz debe dar presencia (perdón maestros Resendiz pero ya parafrasee su lema).
Es por ello que:
- Debemos entender a fondo lo que vamos a leer o decir. Hay que estudiarlo, y buscar otras ideas o fuentes alrededor
- Saber a qué tipo de público nos dirigimos y la importancia que tendrá el discurso en su forma de pensar o sus acciones
- Si se trata de un comercial, conocer las características o “bondades” que debemos dar al producto
- Buscar las palabras más eficaces, que creen un sentimiento o que invoquen a la acción
- También es importante que el entusiasmo o la pasión expresados sean adecuados. No podemos exagerar porque entonces el mensaje se oiría falso o sobre actuado.
Hay que recordar que no sólo es la forma de expresarse sino también el contenido lo que hará que las audiencias se compenetren con el mensaje.
Courage is going from failure to failure without losing enthuisasm. – Sir Winston Churchill
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